mapa amung

15.6.08

La Princesa Azilhú (19)

A lo lejos se veía un caballo galopando, dejando una nube de polvo detrás. Se aproximaba rápidamente. Sí, ya se podía distinguir. ¡Es Lucas!. Ya está de regreso. Llegó a su casa, bajó del caballo a toda prisa y fue corriendo a saludar a su madre:
- ¡Hola, mamá! Ya estoy en casa. ¡Qué ganas tenía de volver! ¡Qué bien se está en casa!
- ¿Lo has pasado mal, hijo? ¿Algún contratiempo...?
- No, no, ninguno, pero ya estaba deseando volver para veros, y ver a mis amigos y recuperar mi vida. Estoy cansadísimo de tanto cabalgar. Mañana visitaré a algunos amigos. Por cierto, ¿cómo fue la estancia de Beltrán y sus padres? Supongo que todo bien, ¿verdad?
- Sí, sí, Beltrán se fue antes de lo esperado porque recordó algo que había dejado pendiente, por lo demás todo bien.
- ¡Que había dejado algo pendiente...? ¡Qué raro...!
- Pues sí, sólo estuvo un día y se marchó. Ni siquiera se despidió, le pidió a su madre que le despidiera de nosotros. Lucas, -su madre le cogió las manos entre las suyas- tengo que contarte algo que ha pasado y sé que te va a afectar bastante, -hizo una pausa larga-. El dragón volvió...
- ¿El dragóóóóón...? ¡Oh, no! ¿Se ha llevado a alguna chica...? Mamá..., ¿alguna conocida...? Dímelo, por favor. Me tienes en ascuas... dilo, mamá.
- Sí, Lucas. Se ha llevado a una amiga tuya. Tu mejor amiga, la Princesa Azilhú.
- Pero, mamá, ¿cómo puede ser...? ¡Ay, Dios!, ¡qué tragedia!, ¿cómo están sus padres? Tengo que ir a verles... y... ¿no se sabe nada de ella...? Mamá, ¿nadie ha hecho nada...?
- Lucas, sabes que es imposible, nadie ha salido de allí. Saldrá sana y salva cuando el dragón la libere, pero tendremos que esperar. No hay otra posibilidad.
- Mamá, pero...
- Lucas, no es posible, no podemos ayudarla, no podemos hacer nada...
- ¿Cuándo ocurrió, mamá?
- Pues sólo unos días después de irte. Beltrán y sus padres llegaron un sábado y ocurrió al día siguiente, el domingo.
- ¿El día siguiente, dices?
- Sí, aunque lo supimos unos días después y desde entonces todos los que la conocemos estamos muy tristes... pensamos en ella, en sus padres... ¡qué tristeza!, ¡qué desolación!
-¿Y Beltrán lo sabía?
- Pues no lo sé, hijo. No sé si Beltrán la conocía. Sus padres me dijeron que ellos no la conocían, pero cuando nos enteramos, ya Beltrán se había ido unos días antes.
- Mamá, tengo que irme. Voy a visitar a los padres de Azilhú y mañana iré a ver a Beltrán.
- De acuerdo, hijo. Si crees que es lo que debes hacer, hazlo, pero no entiendo la relación entre una cosa y la otra.
- Es largo de contar, mamá, pero créeme, es importante que lo haga.
- De acuerdo, hijo.

0 comentarios: